2016 Elections (Part 1): The Grand Circus


En estas elecciones me cambiaron de centro de sufragio y la verdad es que no la pasé nada bien allí. Debido al gran desorden con que se dio espero no tener que regresar a ese local para la segunda vuelta.

Cuando oí que la persona detrás mío dijo: “estoy en el mercado central me vino un arranque de risa tremendo. La situación era tan surreal como suena, literalmente ese local de sufragio parecia una paradita o un mercado de calle. Gente gritando, peleándose por permancer en su puesto, empujones, gritos, descontrol y desorden en cada una de las colas.

Eso era lo que se apreciaba desde el primer minuto que entré al pequeño instituto tecnológico donde me tocó votar. Es la primera vez que llegó al María Rosario Araoz Pinto a votar y me llevé la peor impresión posible. Muy atrás quedaron los días cuando votaba en la PUCP, donde la cola más larga que hice hubieron cinco personas.

Lo peor es que a pesar de todo ello, parecía que ninguna persona quería poner orden a ese caos.”

Caos total.

Esta vez todo fue puro caos, ni la gente del JNE ni el personal de la Marina de Guerra pudieron controlar a las personas arrumadas en filas. Todas ellas con la misma vocación de ir como si fuesen ganado, perdiéndose entre empellones, gritos e insultos mutuos. Lo peor es que a pesar de todo ello, parecía que ninguna persona quería poner orden a ese caos.

De verdad parecía que todos se juntaron para vociferar y practicar el deporte favorito de los peruanos, pelearse entre sí. A pesar de todo muy lentamente iban avanzando entre empujones  e improperios hasta llegar a su respectiva mesa de votación. Detesto la política, aunque simpatizo con los candidatos procapitalismo, así que votar en estas elecciones me pareció una absurda imposición.

Estaba agripado, cansado y disgustado, acostumbrado a entrar y salir sin mayor problema en mi anterior centro de votación.”

A punto de escapar.

Estando cerca de mi mesa casi me regreso porque ya prefería pagar mi multa a quedarme formando esa larga fila. Si no lo hice fue únicamente porque pensaba que iba a ser una multaza, pero resultó siendo solo unos USD$20.00. De haberlo sabido antes no hubiera dudado en escapar de ese pandemonium y al día siguiente pagar la multa.

No es que me sobre el dinero pero, sin temor a equivocarme, hubiera demorado menos tiempo en pagar la multa. Estaba agripado, cansado y disgustado, acostumbrado a entrar y salir sin mayor problema en mi anterior centro de votación. Como yo iba escribiendo justamente este post que lees para el blog, me animé a testimoniarlo con una foto.

Luego de ello voté, salí y me fui a hacer lo verdaderamente importante para mi, cocinar mi guiso de lengua.”

Luego del suplicio.

Lo mero positivo es que mientras todos vociferaban, se peleaban y desesperaban yo iba oyendo unas canciones de Afrika Bambaataa. Luego de ello voté, salí y me fui a hacer lo verdaderamente importante para mi, cocinar mi guiso de lengua. La parte negativa resultó cuando llegando al supermercado se había hecho tan tarde que no hubo lengua que comprar.

Así que terminé preparando unas costillas al horno con miel, chicha y mostaza, no me quejó, me salió delicioso. Llegando me entero que en estas elecciones habrá segunda vuelta, yo creo que pagaré mi multa si encuentro la misma desorganización. En serio que prefiero el voto voluntario, en Perú no hay orden por lo que este día fue un suplicio.

Hasta la próxima entrega.


About Fer

I'm the mastermind behind this blog, a passion project I've been cooking up since 2005. So, picture this: calm and collected dude, spilling his creative beans online. Sounds like your cup of tea?

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *