El relato llega a su fin cuando el tour a la costa atlántica termina. Apurados, cansados, aún teníamos que salir de Colombia. ¿Sería así de fácil hacerlo?

“Habíamos quedado con Juan Camilo para vernos un rato y conocer algo más de aquella bella ciudad. Pero salimos tarde de Barranquilla y el viaje se nos había tornado muy difícil”.

Una vez más llegamos a la calurosa Cartagena. Habíamos quedado con Juan Camilo para vernos un rato y conocer algo más de aquella bella ciudad. Pero como salimos tarde de Barranquilla, el viaje se nos había tornado muy difícil.

Además por más que lo llamamos no había una respuesta de nuestro amigo cartagenero. Solo atinamos a comprar algunas cosas finales y hacer maletas. Aún así recordamos todas las gentilezas que Juan Camilo nos otorgó en nuestra llegada a la ciudad amurallada.

Claro, era su trabajo y habíamos pagado por ello pero sin embargo nos hizo sentir muy bien. Incluso cuando estuvimos en apuros él muy gentilmente se salió del protocolo ayudándonos más de lo que debió como guía.

Tuvimos mucha suerte en Colombia, nos trataron genial.

En el aeropuerto de Cartagena antes de partir.

Vista de la ciudad amurallada desde el cielo.

“Luego de aquel contratiempo ingresamos juntos y nos fuimos directo a comer unos deliciosos creppes. Ella pidió uno dulce y yo uno salado, aunque casi no nos atienden por las altas horas de la noche que eran”.

Llegamos a Bogotá casi a medianoche pero al ingresar un pequeño problema sucedió. ¡No dejaban pasar a Veron! Sucedió que al empacar ella había puesto sus birras en su maleta de mano mientras que yo lo puse en la que se iba en cargo.

Hay una ley que prohíbe líquidos en la zona de pasajeros del avión y le decomisaron sus chelas a Verónica. Le dije que lo dejara que yo le daba mi six pack a ella pero no quiso. Era más que nada producto del cansancio lo que le tenía de mal humor.

Luego de aquel contratiempo ingresamos juntos y nos fuimos directo a comer unos deliciosos creppes. Ella pidió uno dulce y yo uno salado, aunque casi no nos atienden por las altas horas de la noche que eran. Fue lo último que comeríamos en Colombia.

Creppe con sabor a ají de gallina para mi y de helado para ella.

“Como no había de otra tuvimos que dormir en la sala de abordaje. No estábamos solos ya que habían muchas personas como nosotros que esperaban aquel vuelo de madrugada hacia Lima”.

No es que ella haya tenido tan mal humor durante el viaje, pero el cansancio hace cosas increíble a las chicas. Cuando entramos a la sala de espera nos quedamos aguardando hasta las 03:00 horas en que salía nuestro avión.

Como no había de otra tuvimos que dormir en la sala de abordaje. No estábamos solos ya que habían muchas personas como nosotros que esperaban aquel vuelo de madrugada hacia Lima.

Cuando recién llegamos vi una pareja muy joven hablándose bastante tierno, sobretodo la chica. Pero a eso de las tres cuando nos despertaron para subir aproveche para ir al baño y de regreso veo a la chica convertida literalmente en un ogro, refunfuñándole de todo al novio.

Veron no fue la excepción, estaba de mal talante a la hora que despertamos para ingresar al vuelo. Ya luego se calmó cuando llegamos a Lima y nos dirigimos del aeropuerto a mi casa.

Ultima mirada desde el cielo colombiano.

Muy bonita aventura, me encantó Santa Marta, los tours a Taganga y las Islas Rosario fueron lo mejor. Cartagena muy bonita pero sinceramente ahora entiendo a Joe Arroyo cuando compuso uno de sus temas más conocidos, pues yo también en Barranquilla me quedaría.

Dejo un tema que siempre me recordará esta bonita aventura en Colombia con Veron.

Cerro Monserrate, Bogotá, Colombia.

Hasta la próxima entrega.