My barrio gathered at my place


La gente de mi barrio decidió hacer una parrilla en casa, así que vinieron con su carne lista para preparar. Asistió la gran mayoría de los “muchachos del ayer” y este pechito se dejó aquella reunión para el recuerdo.

Como no hizo mal tiempo esa semana se decidió realizar la reunión ya que hacía tiempo que no nos veíamos. Se intentó contactar con otros amigos del barrio como Paul, Abel, Diego y algunos más pero no fue posible conseguirlo. De todas maneras el grupo fue lo suficente numeroso para tener una tarde bastante amena y, entre todos, ayudar.

Empezaron llegando Martín, Renzo, de allí Israel, el otro Martín, Carlos, Alejandro y quedamos en el piso de Milton. También estuvo Damián, a quien voy conociendo, así como Juana, Karen, Elizabeth y las parejas de los demás muchachos. Martín fue aderezando las carnes que todos fueron trayendo y junto a Milton empezaron a cocinar los deliciosos trozos.

Por supuesto que no podían faltarnos las riquísimas birras bien heladas como merecen estar para poder disfrutar la ocasión.”

Reencontrándonos.

Algunos de los muchachos vinieron con sus respectivas parejas, todos colaboraron trayendo una porción de carne y otros las bebidas. Milton fue quien se preocupó por encender el fuego, otros trajimos carbon, combustible y demás cosas necesarias para la parrilla. También fueron Milton con Martín quienes se encargaron de preparar el aderezo con el que se marianarían las carnes.

Así que subimos a la azotea para empezar el asado, nadie se podría quejar pues carne había en abundancia. Por supuesto que no podían faltarnos las riquísimas birras bien heladas como merecen estar para poder disfrutar la ocasión. A pesar que corría un poco de viento, no ocasionó mayor problema a la hora de encender las brasas.

Cuando regreso de comprar insumos veo desde la esquina de casa llegar a Eli, su esposa, con un rifle.”

El rifle.

Aunque Martín al parecer quiso agregarle algunas palomas al menú y se notaba que estaba bien preparado para la ocasión. Cuando regreso de comprar insumos veo desde la esquina de casa llegar a Eli, su esposa, con un rifle. Sonreí porque aquella imagen se prestaba a pensar qué diablos le descubrieron, pero lo lógico era Martín pidió traerla.

Obvio que no iba a suceder ningún crimen pasional ni me lo imaginé, pero fue muy gracioso verla así. Al final Martín no consiguió atinar a ninguna paloma, así que se conformó con seguir asando las carnes ya compradas. Obvio que si le daba a alguna hubiera sido dificil buscarla si caía en el tejado de otra casa.

Pero lo más importante era que toda la gente de mi barrio estábamos pasando la tarde de forma bastante amena.”

Cocinando.

En la parrilla ya habían distintos cortes de res, panceta de cerdo así como también chorizos y otros embutidos. Estos poco a poco empezaban a cocinarse, el aderezar fue bastante rápido, con un poco de música para vacilarnos. Luego de varios minutos comenzamos a servir a quienes estaban abajo y se notaba que estaba de lo más rico.

Pero lo más importante era que toda la gente de mi barrio estábamos pasando la tarde de forma bastante amena. Sobretodo porque ya empezaban a circular las chelas bien heladas, aunque las chicas prefirieron servirse un vino local que compramos. Claro que una vez que empezaban a terminar de comer era necesaria la foto de rigor con el grupo entero.

Luego vendría una foto más con los borrachuzos de siempre, ya se nota que los años no pasan en vano.”

En la azotea.

No salimos todos, no recuerdo quién tomó aquella foto, al final Juana no salió enfocada, solamente se ve su brazo. Luego vendría una foto más con los borrachuzos de siempre, ya se nota que los años no pasan en vano. Más arrugas, canas y, en algunos casos, hasta incipientes calvas asoman a la vista, igual la gente disfruta del momento.

Mientras tanto Martín alistaba la panceta que aún quedaba, todavía había espacio en todos los muchachos para un round más. Todos los hombres ya estábamos en la azotea “cocinando” mientras las chicas seguían tomando su vino en el cuarto piso. Además Israel siempre estaba poniendo la cuota de humor a cada momento, no apoyaba mucho pero nos hacía reír.

De esa forma, poco a poco, se iban acabando las birras y con ellas una muy buena tarde entre amigos.”

Disfrutando el momento.

Finalmente cuando las pancetas ya estuvieron listas, apagamos la parrilla y bajamos todoss al cuarto piso a terminar de comer. Y como dije las chicas brindando con su vino, allí recién me di cuenta que había comprado uno dulce. Sin dármelas de enólogo pienso que el mejor vino para maridar las carnes es el vino seco, dulce no pasa.

Nosotros seguíamos con las chelas y cotilleando entre todos, anécdotas varias eran comentadas conforme íbamos recordando viejos momentos de juventud. De esa forma, poco a poco, se iban acabando las birras y con ellas una muy buena tarde entre amigos. Ya se empezaban a ver algunas caras “muy animadas” en algunos, no era para menos pues empezaba a anochecer.

Hacía un buen tiempo que no veía a varios, desde que me fui a Los Angeles si no me equivoco.”

Colofón.

Por ello fue que algunos empezaron a retirarse a sus casas luego de estar toda la tarde con nosotros. Obviamente yo me la pasé tomando varias fotos, aunque la puta cámara me jugó una mala pasada con algunas tomas. Voy a tener que llevarla a que la revisen o en todo caso deberé comprarme un nueva para evitar contratiempos.

Hacía un buen tiempo que no veía a varios, desde que me fui a Los Angeles si no me equivoco. Pero a pesar de los años hay cosas que no van a cambiar nunca, posiblemente sin importar que cosa pase. La gente de mi barrio es bastante unida así que habrá una siguiente vez posiblemente donde Renzo o Martín.

Hasta la próxima entrega.


About Fer

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