Colombia, tierra del café, de las playas caribeñas y hermosas mujeres fue el destino de mi viaje más reciente. Cansado del trajín diario y el estrés propio de mis trabajos, decidí largarme de turismo a este hermoso país.

Inicialmente quería irme de viaje a Cancún pero por razones que están de más contar no se llegó a realizar. Me encontraba en el interesante dilema de escojer donde iba a viajar ahora, porque tenía decidido irme de vacaciones. Un amigo mío el cual vino de vacaciones desde Italia me alentó a acompañarlo en su viaje a Iguazú.

-“Hay buenas mujeres allí“, me dijo, ya estaba casi decidido cuando llega Veron y me propone irnos a Colombia. Las cosas en balance eran, ir de juerga y conocer mujeres o con Veron a un país que no conocíamos. Luego de pensarlo un poco le dije pero no a mi amigo, escogí ir al país del café y el vallenato.

No me gustan mucho las playas a excepción de caminar por allí como lo hacía por Santa Mónica o La Punta. Pero como ya había quedado con la espina de ir al Caribe me decidí por la costa atlántica cde Colombia. Eran tres las ciudades: Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, empacamos y nos dirigimos al aeropuerto con rumbo a tierras colochas.

Me interesó el aspecto urbano de la ciudad, parece ser muy agradable y -posiblemente- me de otra vuelta por allí.”

Bogotá.

La escala en Bogotá era de tres horas por lo que había tiempo para hacer turismo relámpago por la capital. Craso error, el vuelo llegó retrasado, salimos del aeropuerto El Dorado teniendo solo hora y media para recorrer la ciudad. Lo gracioso fue enterarnos que el centro de la ciudad y cualquier atractivo turístico estaba a media hora en auto.

Nos decidimos por ir a Monserrate, una loma en cuya cima está construido el santuario de El Señor Caído. “Ok, visitaremos eso al menos” exclamó Veron y nos dirigimos hacia aquella lomita esperando llegar a tiempo. Me interesó el aspecto urbano de la ciudad, parece ser muy agradable y -posiblemente- me de otra vuelta por allí.

Desde que llegamos la gente de Colombia fue muy cordial y servicial, espero no sea solo con los turistas. Se ve que Bogotá es realmente una ciudad muy grande, llena de grandes edificios uy variopinta, eso me gustó. Su tránsito luce ordenado dentro de lo esperado ya que -como toda metrópolis- no se escapa de los embotellamientos.

Vaya que se nos ajustó el tiempo por la congestión vehicular, llegamos con cinco minutos de retraso a lo previsto.”

Monserrate.

Llegamos al cerro Monserrate, hicimos una cola larga, pagamos los boletos y nos fuimos vía funicular hasta su cima. Gozamos de una gran vista de Bogotá, en toda su crepuscular majestuosidad, la cual se ve hermosa desde esa altura. Pero como no teníamos mucho tiempo, luego de las fotos respectivas del lugar intentamos regresar lo más rápido al aeropuerto.

Tanto a ella como a mi nos gusta la puntualidad, no demoramos mucho y ya buscamos un taxi de regreso. Vaya que se nos ajustó el tiempo por la congestión vehicular, llegamos con cinco minutos de retraso a lo previsto.Todo fue ir, ver, fotografiar, regresar, pero nos la arreglamos para estar a tiempo en la puerta de embarque.

Incluso hubo tiempo para disfrutar de un buen café, preguntar por SIM cards prepago, hacer llamadas y tomar algunas fotos. Desde el inicio Colombia nos presentaba desafíos, pero de una forma u otra conseguíamos nuestro propósito a buen tiempo. Luego de la llamada para abordar nos dirigimos a subir al avión rumbo a nuestra siguiente parada, Cartagena de Indias.

Tampoco hicimos un tour programado, debido a un incidente que me sucedió un par de días antes de partir.”

Cartagena.

Cartagena es una ciudad muy calurosa, llegamos de noche y el bochorno era enorme, su aeropuerto es pequeño pero bonito. Inmediatamente nos fuimos al hotel que ya tenía separado y luego de un buen baño salimos con intención de cenar y pasear. A diferencia de otras ocasiones, este viaje fue prácticamente ir a la aventura, ya que no mochileamos estrictamente hablando.

Tampoco hicimos un tour programado, debido a un incidente que me sucedió un par de días antes de partir. Tomando unas cervezas con mi brother Paul se daña la pantalla de mi móvil donde tenía preparado para el viaje. A solo dos días y siendo un Domingo no había donde llevar a reparar la pantalla del teléfono y todo lo proyectado se encontraba allí.

Por suerte mi jefe me prestó un móvil que él ya no usaba pero no fue lo mismo y eso se vio reflejado en Cartagena. El app donde tenía los sitios que se suponía íbamos a ir no cargaron en su smartphone y tuvimos que hacerlo a la antigua, preguntando. Así que hubo bastante aventura, y un poco de incomodidad también, pero poco a poco las cosas empezarían a pintar mejor.

Una vez que llegamos al puerto, nos aprovisionamos de agua y fuimos abordando el yate en donde iniciaría nuestro viaje.”

Rumbo a Islas Rosario.

Allí me di cuenta que sacar dinero iba a ser un poco engorroso pues no todos los ATM me permitían sacar efectivo. Menos mal existía el BBVA con el que no tuve problemas. Obviamente eso me fastidió, aunado con el cansancio y el calor no permitió que disfrutáramos nuestra primera noche allí. Igual nos dimos tiempo para conocer parte de la ciudad antigua de noche.

Al siguiente día la misión fue buscar un tour a Islas Rosario, lo cual fue muy fácil de conseguir. Desde el mismo hotel salimos al tour cruzando a pie hasta llegar al puerto, disfrutando así como es la ciudad desde temprano. No estaba muy lejos de nuestro alojamiento por lo que fuimos junto a una parejita de muchachos conformados por un colombiano y una francesa.

Una vez que llegamos al puerto, nos aprovisionamos de agua y fuimos abordando el yate en donde iniciaría nuestro viaje. Esta era una nave no muy grande la cual zarpó ni bien se llenó de pasajeros, cosa que ocurrió bastante pronto.

Fue de esa forma, un poco confusa y accidentada, que conocimos a nuestro primer amigo de viaje en Colombia.”

Rumbo a Islas Rosario.

No hacía demasiado sol, muchas nubes lo ocultaban por momentos. Aún así el clima estaba muy agradable para mí que no soy muy amante de ir a la playa. ¡Quién iba a decir que se me había antojado ir de vacaciones al Caribe!

Islas Corales del Rosario es un conjunto de varias islas pequeñas, entre las más famosas estaba construida la casa del famoso Pablo Escobar, “el patrón del mal”. Entre tanta agua de mar -mientras Veron gozaba la vista bajo el sonido del tema “Sobre las olas ” popularizada por The Latin Brothers- a mí me dio sed.

Fui a la parte inferior del yate donde estaba el bar y veo a un “gringo” tratándose de entender con el bar tender. Le ayude a que le dieran lo que él quería, conversamos un rato y de allí se nos unió Veron. De esa forma hicimos nuestro primer amigo de viaje en Colombia.

Continuará…